Una ruta por Turquía en 10 pasos

Turquía, el punto de encuentro entre Oriente y Occidente, reflejo de dos mundos y unión de culturas es una de las joyas viajeras del mundo. Quizás sea Estambul lo más conocido del país, siendo el resto del país un desconocido para el gran público.

El país esconde tesoros como La Capadocia, Pamukkale, los yacimientos del Imperio Romano de Éfeso o griegos de Pérgamo y Afrodisias, mezquitas como la de Estambul o los bazares que llenan las ciudades.

Estambul

Una de las visitas obligadas es Estambul. Considerada una de las ciudades más bonitas de Europa, es la ciudad más grande de Turquía y una de las tres urbes que se sitúan entre Europa y Asia.

La denominada ciudad de las mil y una noches o de las siete colinas, sus calles reflejan que a lo largo de la historia fue capital de tres grandes imperios: Romano, Bizantino y Otomano.

La mejor forma de conocer la ciudad es perderse por sus barrios, visitar el Gran Bazar o el de las especias, entrar en la Mezquita Azul o la de Santa Sofía, algunas de las más impresionantes del mundo. Subir hasta el mirador de la Torre Gálata o visitar el Palacio Topkapi. El crucero por el Bósforo es casi también algo obligado.

Göreme

 

Esta ciudad se encuentra en la región de Capadocia, en el centro del país. Su paisaje lunar está salpicado por formaciones rocosas, muchas de las cuales emergen del suelo simulando chimeneas. En su museo al aire libre se pueden encontrar iglesias excavadas en las rocas.

Se trata de uno de los paisajes más espectaculares de Turquía. Dar un paseo en globo al amanecer es una de las experiencias más únicas.

Troya

Ciudad situada al noroeste del país, alcanzó la fama al aparecer en La Ilíada de Homero. En la actualidad es un importante lugar arqueológico.

Troya fue destruida y reconstruida 9 veces, aspecto que se evidencia en su paisaje. Además se puede encontrar una réplica del legendario Caballo de Troya.

Amasya

Un lado diferente de Turquía. Situada entre el río Yeşilırmak y las montañas aparece Amasya.

Una de sus orillas recoge las construcciones típicas otomanas de madera oscura y acabados de marfil. Y en la otra el lado más moderno del país con estatuas de bronce y restaurantes junto al paseo fluvial.

Safranbolu

Desviándonos de la zona más típica se encuentra Safranbolu. Su nombre deriva del azafrán, ya que es en esa zona donde crecen las flores de las que se obtiene esta especia.

Por sus calles se respira historia encontrándonos con mezquitas del siglo XVII, tumbas milenarias o antiguos baños turcos.

Konya

Situada en la Ruta de la Seda, es uno de los lugares que más atractivos turísticos ofrece, como el Museo Mevlana, donde se encuentra la tumba del poeta Jelaleddin Rumi, fundador de la orden de los Derviches, o la mezquita de Alladin Keykubat y la de Ince Minare.

Además podrás disfrutar del baile de los derviches, una de las cosas más curiosas que ver en el país.

Pamukkale

Situado en la provincia de Denizli, significa “castillo de algodón” en turco. El paisaje lo forman un grupo de piscinas blancas situadas en la ladera de una colina.

Este lugar se formó tras una serie de terremotos y el surgir de aguas subterráneas ricas en minerales. Su color blanco es el resultado de la reacción que hacen el calcio y el carbonato de hidrógeno.

Pérgamo

Pérgamo fue junto a Alejandría, uno de los principales centros culturales de la antigüedad. En su biblioteca se llegaron a guardar más de 200.000 rollos de pergaminos elaborados en la propia cuidad, lo que derivó en el nombre del material.

Además en la antigua Acrópolis se encuentra los restos del Teatro y lo que queda del Altar de Zeus. Cerca de la acrópolis también se pueden encontrar las ruinas de Asclepion.

Aspendo

Dentro de las rutas por todo el país una de las paradas obligatorias es Aspendo. Allí se encuentra uno de los teatros romanos mejor conservados del mundo.

En la actualidad se siguen celebrando conciertos en este teatro gracias a la buena conservación del mismo y a su decoración y acústica perfecta.

Tumbas Licias de Myra

En la antigüedad se creía que los muertos serían llevados al más allá por una criatura alada, lo que dio lugar a este lugar. La Roca de Dalyan, situada en la montaña junto al río Demre Cay, es de las más conocidas.

 

 

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