Antonio Novillo (APTB): “Los bomberos preferimos que tengáis un detector de humo que un extintor, y más si es inteligente”

El fuego, ¿amigo o enemigo? La respuesta es sencilla: depende. Si bien se trata de una herramienta que ha ayudado al hombre en su evolución, también puede ser la causa de la destrucción. Cuando hablamos de incendio nos referimos a una ocurrencia de fuego no controlada que puede abrasar algo que no está destinado a quemarse, un fenómeno que se produce mediante la unión de tres elementos: combustible, oxígeno del aire y calor.

Sin ir más lejos, los últimos datos registrados por la Asociación Profesionales de Técnicos de Bomberos en colaboración con Fundación Mapfre reflejan que en el año 2016 fallecieron 175 por esta causa en España. En este sentido, las dos asociaciones trabajan año tras año con el fin de realizar campañas para educar y concienciar a la sociedad sobre cómo se pueden prevenir o cómo responder adecuadamente cuando estas tragedias suceden.

Aquí entran en juego los detectores de humo, cuya función consiste en alertar que se está produciendo un incendio cuando está en su fase inicial y así poder actuar. Es importante tener en cuenta que más de la mitad de las personas fallecidas es a causa de los gases generados en el incendio y no por las quemaduras del fuego.

El problema reside en las zonas con clima mediterráneo, que al ser de temperaturas templadas, ni los gobiernos ni los ciudadanos son conscientes de la necesidad de estos aparatos como algo obligatorio. Incluso el dilema puede ser aun más preocupante si el tema se trata como un negocio más que si no da dinero no interesa. Sin embargo, en otros países europeos ya lo han asumido y han legislado en consecuencia, así como Inglaterra o Francia.

Pero nuestro clima no debería eximirnos de nuestras obligaciones humanas. Según nos ha contado Antonio Novillo –representante de APTB–, la relación entre la temperatura registrada en los distintos meses del año y el número de víctimas mantiene cierta proporcionalidad. En todos sus anteriores estudios han visto cómo los meses de diciembre y enero están siempre entre los que computaban un mayor número de fallecidos, seguidos por noviembre y febrero  dependiendo de las temperaturas soportadas.

Además, el bombero dejó claro que la causa número uno es debido a los aparatos productores de calor. Es más, el 41,8% de los casos de víctimas mortales de 2016 fue por culpa de estufas, braseros y chimeneas. Asimismo, las personas mayores, concretamente a partir de los 75 años, sufren el mayor número de fallecimientos, siendo en 2016 el 52%.

La solución inteligente contra los incendios

De forma paralela, Netatmo -una empresa francesa experta en productos conectados- acaba de lanzar un detector de humo inteligente con una alarma de 85 dB que envía a través del wifi una alerta en tiempo real al smartphone de los usuarios indicando la habitación en la que se ha detectado el humo. Además, gracias a su batería de larga duración, el aparato tiene una vida útil de 10 años, a lo largo de los cuales lleva a cabo auto pruebas para asegurarse que todas sus funciones se desempeñan correctamente. “Los bomberos preferimos que tengáis un detector de humo que un extintor, y más si es inteligente”, ha asegurado Novillo.

Así que la conclusión es clara: con la instalación de un detector de incendios en el hogar, estas muertes se podrían reducir en un 70%. Una pequeña llama se puede convertir en un gran fuego en menos de 30 segundos.

 

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